domingo, 16 de septiembre de 2012

El todo

Todo lo que existe en el mundo, desde las enormes estrellas hasta los diminutos átomos, pasando por nosotros mismos, forma parte del universo real. Pero este universo que contiene lo que existe va variando con el tiempo. Por ejemplo, hace unos cuantos millones de años los seres humanos no existíamos y no éramos parte del universo real. Hoy en día sí pertenecemos a dicho universo y desconocemos durante cuánto tiempo esto continuará así en el futuro.
¿Qué es por tanto lo que puede haber en el futuro en el universo? ¿Qué cosas que ahora no son reales pueden llegar a serlo?
Todo esto viene determinado por el universo potencial. El universo potencial es todo aquello que no existe pero que podría existir. Por ejemplo, las sirenas no existen pero puede que algún día mediante ingeniería genética algún científico consiga crear una. Por lo tanto las sirenas forman parte del universo potencial, que no es real pero podría serlo. Los dinosaurios de gran tamaño son otro ejemplo. No son reales, pero puede que algún día caiga otro meteorito y los mamíferos desaparezcamos y sean de nuevo los reptiles los que dominen el mundo.
Parece entonces que el universo potencial lo contiene todo, puesto que todo, con las condiciones adecuadas, es potencialmente posible. Pero esto no es cierto. Por ejemplo, no puede existir nada que viaje más rápido que la velocidad de la luz, por lo que ningún ser inteligente del universo puede construir un acelerador de partículas que imprima a éstas una velocidad superior a la de la luz. Éste artefacto no pertenece al universo real ni tampoco al potencial.
Por lo tanto, el universo potencial está limitado a lo que permiten las leyes de la naturaleza que nos gobierna desde el origen de los tiempos, junto con la materia de la que disponen dichas leyes para construir el mundo.
Así que podríamos hablar de un tercer tipo de universo, el universo imaginario, que excede al potencial en el sentido de que es capaz de pensar en cosas imposibles de llevar a cabo y que por tanto nunca podrán existir, pero que sin embargo vive de alguna manera en el interior de las conciencias de los seres inteligentes que las piensan.
El Sol existe en el universo real, las sirenas forman parte del universo potencial y las naves que vuelan más rápido que la luz sólo tienen cabida en el interior de las conciencias que las imaginan.
Así que las leyes de la naturaleza son las que forman todos los universos. Por un lado, van creando el universo real, por otro, determinan hasta dónde llega el universo potencial y por último, dan lugar a los seres capaces de albergar el universo imaginario.
¿Qué ocurriría si hubiera otras leyes de la naturaleza? El universo real sería otro, las limitaciones serían diferentes y tal vez habría seres capaces de imaginar otras cosas.
El todo es la suma de todos los universos imaginarios capaces de ser pensados por todos los seres inteligentes que potencialmente se pueden crear en todos los universos reales que pueden producirse por las diferentes combinaciones de las leyes de la naturaleza iniciales.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Paula y María


A veces no soporto dedicar la mayor parte de mis días a un trabajo en el que no creo y busco una forma de encontrar un sentido a lo que hago, una manera de lograr esa quimera a la que llaman autorrealización.

A veces me siento encerrado dentro de mí mismo, presa de una mente incapaz de comprender y dar sentido al mundo que le rodea, encerrado dentro de un lenguaje que no me deja expresar lo que pienso y siento.

Y entonces voy paseando y veo a María y a Paula a mi lado, cogidas de la mano, mirándose a los ojos y riéndose y de repente todo encaja, las palabras y las ideas ya no son necesarias, sé que si hay algo parecido a un sentido de la vida es éste, y la sola imagen me explica todo aquello para lo que las palabras se quedan cortas, llega a ese mundo al que el lenguaje no puede acceder.

Ojalá se cayera más a menudo el telón de la mente y el lenguaje y pudiéramos ver con más frecuencia la realidad desnuda.

Ojalá siempre pueda verlas caminando a mi lado.

19/03/2018. PARA SAMUEL: cuando escribí esta entrada (10/09/12) tú aún no existías. La vida aún me reservaba la maravillosa sorpresa de conocerte, la inmensa felicidad de que seas mi hijo. Quiero editar esta entrada para que, si algún día la lees, sepas que cada vez que te veo, siento lo mismo que expresaba en estas líneas hace casi seis años.
Os quiero mucho.