lunes, 8 de octubre de 2018

El hormiguero del mundo

Es maravilloso observar un hormiguero, ver cómo miles de seres cooperan y se organizan para crear una especie de pequeña sociedad perfectamente orquestada.

Sin embargo, ninguna de las hormigas sabría explicarnos toda esa organización. Aunque interrogásemos a la más inteligente de la colonia, no sería capaz de decirnos nada acerca de cómo funciona el hormiguero. Conoce su tarea y nada más. Ninguna comprende el plan completo. Lo hay, porque el hormiguero funciona con la precisión de un reloj suizo, pero no está orquestado por ningún congreso de hormigas ni por ninguna hormiga sabia.

En nuestra búsqueda de vida por el universo, podríamos encontrarnos con una especie alienígena así, con una civilización compleja en la que nadie nos supiera explicar cómo se organizan. Nos maravillaríamos de su mundo, pero nadie nos lo podría enseñar.

Los humanos pasamos muchos años de nuestra vida formándonos en las escuelas, aprendiendo acerca de nuestro mundo. Sin embargo, como cada campo del saber avanza a gran velocidad, hoy en día una persona a punto de jubilarse que haya dedicado toda su vida por ejemplo a una ciencia como las matemáticas, sólo podría explicar los últimos avances de su especialidad concreta. Cada matemático sólo puede llegar a comprender por completo todo lo que se sabe acerca de un área muy pequeña dentro del mundo de las matemáticas, pero en otras áreas matemáticas estaría bastante rezagado con respecto a la vanguardia.

Ya que hablamos de esta disciplina, si lo llevamos al límite se puede acabar cumpliendo aquello de que uno sólo puede saber todo acerca de nada. El otro extremo sería querer saber de todo, en lugar de especializarse en algo, pero hay tantos campos del saber que se podría alcanzar el otro extremo, que termina por hacer que uno no sepa nada acerca de todo.

La mayoría sólo conocemos un poco de un poco. ¿Acabaremos siendo como las hormigas? Si un extraterrestre aterrizara en la Tierra podremos explicarle un montón de cosas, pero sólo le brindaremos un conocimiento superficial de cada una de ellas. Usamos muchas cosas de las que estamos muy lejos de conocer el detalle (desconocemos cómo funcionan todos los componentes del coche que conducimos, del sistema operativo del móvil que manipulamos, ni siquiera cómo se cultiva un campo de cereales o se produce el pan que comemos). Pasamos toda la vida estudiando para poder abarcar sólo una parte superficial de lo que nos rodea.

Al menos los humanos sí parece que tenemos un grupo de gobernantes que saben hacia donde nos dirigimos. Son los que manejan el volante del mundo. Cierto es también que dan continuos volantazos, porque como hay tantos potenciales conductores como naciones en el mundo, cada uno quiere girar hacia el lado que a él más le interesa. Pero al menos estamos tranquilos porque un grupo de representantes de los distintos gobiernos, instituciones y organismos, girarán el volante del mundo y serán capaces de torcer si llega una curva.

Cuando estalló la crisis financiera mundial de 2008, muchos países sufrieron severos problemas. En casos como el de Grecia, un grupo de expertos de los que giran el volante del mundo (FMI, Unión Europea, etc.…), tomaron las riendas del país y le indicaron la dirección que debía tomar para solucionar sus problemas. Era un camino tortuoso y lleno de obstáculos, pero los grandes gurús indicaron que era el único camino que conducía a la salida. Años después, cuando Grecia estaba peor que nunca y el camino se demostró que estaba cortado, aquellos mismos conductores del mundo reconocieron que se habían equivocado, que ese no era el camino, que de hecho ese atajo había empeorado las cosas. Habían torcido en la dirección equivocada a la que venía la curva.

¿Y si realmente nadie condujera el coche, sino que todos nos limitamos a mirar por la ventanilla? ¿Y si hubiéramos creado un sistema que ya no controlamos ni comprendemos del todo? ¿Y si vamos montados en un enorme barco con una inercia que no podemos cambiar?

Siempre habrá quien piense que todo está controlado para aparentar descontrol (los señores del FMI del ejemplo anterior sabían que todo lo que diagnosticaban era erróneo, pero formaba parte de un plan suyo a largo plazo). Quizás sea así, pero tal vez lo que pasa es que hemos creado un sistema tan complejo que ya nadie tiene el control, si es que alguna vez alguien lo tuvo y no hemos sido siempre tan sólo un gran hormiguero.

Quizás las guerras mundiales del siglo pasado fueron accidentes que nadie supo esquivar. La guerra nuclear es un obstáculo que hasta ahora hemos logrado sortear, pero que siempre puede hacernos descarrilar si no tenemos el suficiente cuidado. Puede que el gran muro contra el que vamos a chocar sin remedio sea la ecología. Vivimos en un mundo cada vez más poblado, cada vez más desarrollado (lo que requiere más recursos) y cada vez más consumista. El cambio climático es una alarma que ya ha saltado, se ha encendido una luz del salpicadero del coche, pero nadie tiene la capacidad o tal vez el interés de girar o parar el coche. Quizás ya es tarde, por mucho que queramos virar el timón es inevitable que choquemos contra el iceberg de la destrucción del ecosistema.

A lo mejor nos gusta la idea de que existe una élite que es la que conduce el destino de la humanidad porque de este modo nos quitamos la responsabilidad. Podemos vivir despreocupadamente porque no está en nuestras manos cambiar nada. Pero puede que la realidad sea que todos estamos colgados del volante del mundo, y que hacia donde éste gire depende de lo que hagamos todos y cada uno de nosotros. Eso nos obliga a dejar de mirar hacia otro lado y a afrontar que, si seguimos consumiendo y contaminando a este ritmo, pronto convertiremos nuestro hormiguero en un lugar inhabitable. En nuestra mano está tratar de girar y si conseguimos que lo intente la gente suficiente, tal vez podamos hacer que el volante gire.

1 comentario:

  1. Me ha recordado al libro 3001 odisea final, la cuarta entrega de la conocida 2001 odisea en el espacio. El protagonista es resucitado en el año 3001 y es testigo de increíbles logros tecnológicos de la humanidad... pero cuando se interesa por los detalles de cómo funcionan las cosas nadie sabe contestarle, y queda frustrado. Los pormenores de la tecnología se ha dejado a las máquinas y nadie sabe ya cómo funcionan las cosas realmente.

    Sabes lo mucho que me gusta verlo todo como información. Por mucho que queramos no podemos saberlo todo ni siquiera de un solo átomo, de una sola de sus partículas. En informática, por ejemplo que es un tema que conocemos ambos, aunque estés muy especializado en una labor concreta dentro de uno de los muchos submundos que existen nunca alcanzas a saberlo todo de ningún sistema, de ninguna aplicación...

    Tal como hace nuestro cerebro para percibir, creo que no se trata de conseguir todo el conocimiento, si no todo el conocimiento necesario para un fin. Lo importante, de esta forma sería tener claro eso, el fin a alcanzar , - )

    ¡¡Me encantan las formigas!!!!

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