Dicen que hubo una eternidad de miles de millones de años en la que yo no existía.
Eones en los que incontables seres nacieron y murieron.
De repente, tomé conciencia dentro de un cuerpo humano hace un puñado de años. ¿Por qué soy este ser y no otro? ¿Por qué ahora y no en otro momento?
Soy esta conciencia con sus capacidades y sus limitaciones. Un ser efímero.
Pero del mismo modo que de repente surgí en esta conciencia, ¿no es posible que en el futuro sea otra conciencia? Bueno, estrictamente hablando yo no puedo ser otra conciencia, porque no seré yo, será otro yo. Pero de nuevo puede que sienta ser otro yo, en otro momento, en otro lugar, quizás en otra especie, puede que en otro planeta. Otro ser que se pregunte por qué ahora y por qué aquí.
Del mismo modo, quizás en los eones que nos preceden tuvimos la experiencia de ser otros seres, con muchas preguntas y la misma angustia por su futuro.
Seres inconexos, diferentes "yo" que se concatenan entre sí incapaces de conocerse o recordarse unos a otros.
Extraña inmortalidad.
Para que hubiera un sentido, tendría que existir una especie de metayó. Un "yo" que trascendiera a todos los "yo", del que cada "yo" no fuera sino una experiencia concreta.
Sería algo análogo a cuando soñamos, que experimentamos una existencia inconexa, sin recuerdos previos, en un mundo diferente al habitual en el que no recordamos quiénes somos realmente. Pero al despertar, el sueño pasa a ser una experiencia más dentro de lo que somos.
Del mismo modo, cada "yo" no sería sino una especie de sueño para el metayó, el sentido y la conexión entre los "yo" sólo se obtendría al despertar de nuestro actual "yo" y volver al metayó.
No podemos saber nada del metayó del mismo modo que en un sueño no somos conscientes de que estamos soñando, de que ese decorado es irreal y todo lo que acontece sólo sucede en realidad en el interior de nuestro cerebro.
En cualquier caso, el metayó nunca podrá ser una teoría científica porque no establece ningún modo de comprobarla ni refutarla.
Siguiéndola corremos además el riesgo de basar nuestra vida en una idea que quizás no exista y no aprovechar al máximo nuestro "yo", que es de lo único que podemos estar medianamente seguros.
La vida seguirá teniendo el sentido que nosotros le demos, seguiremos construyéndola con las pequeñas verdades que aprendemos en nuestro viaje.
Pequeñas verdades que tal vez al escribirlas un "yo" pueda transmitírselas a su futuro "yo", recordándole de algún modo lo que alguna vez supo, conectando de alguna forma esos dos "yo" inconexos.
Construyendo puentes que nos conectan con posibles existencias pasadas o futuras sin imaginar que de algún modo, nosotros hemos creado ambos extremos del puente.
Tendiendo puentes que al menos nos unen a ti y a mí.
Puede que no te lo creas, pero esas mismas dudas, inquietudes y/o preguntas las he sentido yo. ¿Por qué yo? ¿Por qué aquí? ¿Por qué ahora?
ResponderEliminarYo creo que la mayoría nos hemos hecho preguntas similares en algún momento de nuestra vida, pero luego crecemos y dejamos de cuestionarnos esas cosas. Llegamos incluso a olvidar que un día nos hicimos esas preguntas.
EliminarSupongo que es porque en el fondo intuimos que no tienen respuesta y con los años nos volvemos más "prácticos".
Pero no está de más preguntarse cosas de vez en cuando y aunque nunca lleguemos a resolverlas, nos puede ayudar a vivir un poco más "despiertos".
Ya sabes que siempre pienso en términos de información, porque me ayuda a enfrentarme a preguntas tan importantes, intimas e insondables como tu propuesta de metaexistencia. Me ha recordado un poco a cuando se plantea la posibilidad de que haya algo "más allá" del universo. Universo es todo, por definición de la palabra. Si encontramos algo "más allá" solo estamos extendiendo al propio universo hacia lo descubierto.
ResponderEliminarLa clave en nuestro análisis de la meta realidad sería -para mi- si existe o no esa transferencia de información entre las distintas instancias del yo. En caso de no existir, de que cada yo no conserve nada del anterior, desde el punto de vista práctico no existe metayo como tal, pues no habría diferencia para los distintos yo entre que exista o que no lo haga.
Si hay información -sea del tipo que sea- que llega de un yo al siguiente sería una prueba de su existencia. Para mi resulta muy difícil imaginar que algo así pueda suceder, pues veo el origen de toda la información que nos constituye en la sustancia información que emerge del orden que se forma en torno a nuestro cuerpo y nuestro cerebro.
Al igual que en otras cuestiones religiosas o supersticiosas que intentan darle peso a nuestra existencia más allá de nuestra vida, se pueden encontrar fácil preguntas que ponen en aprietos a esta hipótesis. Por ejemplo, cada vez somos más humanos ¿Los metayos se pueden crear? Si baja la población mundial ¿Habrá metayos que queden aparcados sin poder descender a un nuevo yo? Antes de la existencia del ser humano ¿Había metayos? Si nuestros ancestros no tenían ¿Cuándo se creó el primero? ¿Con el resto de animales también funciona así? ¿Y con otro seres vivos?
Pensar, y hacer pensar. Gracias JuanJo.
En cuanto al tema de transferencia de información se me ocurre lo siguiente: si nuestro "yo" escribe un libro famoso que unos años después cae en manos de nuestro futuro "yo", ¿podría ser considerado una transferencia de información? Nuestro "yo" podría plasmar ideas que quería transmitir a su futuro "yo". O si pinta un hermoso cuadro que emociona a nuestro futuro "yo".
EliminarEn cuanto a las preguntas sobre los metayó, podríamos emerger en cualquier conciencia y en cualquier momento, no tiene por qué ser en un ser humano. Si emergemos como conciencia de un chimpancé, nos preguntaremos las cosas que se preguntan los chimpancés, aunque en ese caso hay muchas cosas que no nos cuestionaremos porque no tendremos la inteligencia suficiente.
También podemos emerger como algún otro tipo de conciencia alienígena, que puede ser menos o más inteligentes de lo que somos ahora. O si nosotros u otros seres en el universo han sido capaces de generar inteligencias artificiales, podemos emerger en esas conciencias virtuales.
Tampoco temporalmente tendría por qué ser una concatenación constante de conciencias. Puede ser que emerjas en una conciencia y no lo hagas de nuevo hasta mil años después, o que sea algo inmediato.
Pero es cierto que como bien dices los metayó deberían nacer, por lo que se podrían preguntar qué eran antes de nacer y si hay algún tipo de meta-metayó que engloba todos los metayó.
Lo interesante aquí sería también que, si eres otro ser distinto a un ser humano, los sentidos o las emociones pueden ser muy diferentes de las que tenemos ahora.
Los colores, los sonidos o los olores no tienen sentido fuera de nuestro cerebro. Los colores son sólo la forma en la que nuestro cerebro pinta las distintas longitudes de onda de la luz al incidir sobre los objetos, para ayudarnos a distinguir las cosas. Pero no existen fuera de nuestro cerebro, es él quien los pinta. Del mismo modo, los olores son sólo una interpretación de nuestro cerebro de las sustancias químicas. O el sabor, no existe el sabor a fresa fuera de nuestro cerebro.
Si somos otro "yo" alienígena no podemos tener recuerdos de este "yo" porque puede que en ese cerebro los colores o las emociones sean diferentes. Por hacer un símil informático, los programas que se ejecutan en nuestro cerebro no se podrían ejecutar en otro cerebro alienígena porque no los sabe interpretar.
El metayó tendría que ser capaz de interpretar los recuerdos de todos los "yo" en los que emerge, de ejecutar todos los programas, de que todos los recuerdos de los distinto "yo" tuvieran sentido para él.
Aquí estoy riéndome...ajjajajaja.. me mola lo del meta-meta-yo, el meta supremo.. ¿O habrá un meta-meta-meta-yo que organiza a todos los meta2 en plan piramidal? La verdad es que cuantas más cuestiones encontramos para contextualizar más exótico y difícil se hace la hipótesis. Saludos!!!
Eliminar