martes, 6 de diciembre de 2011

La tela de araña

Nadie puede leer el blog de su bisabuelo. ¿Significa eso que todas sus ideas, que su forma de ver el mundo se ha perdido para nosotros en tan sólo tres generaciones? ¿Queda alguna huella de su paso por el mundo?

Hace muchos siglos un azteca pasaba la noche en vela preguntándose si era conveniente para su hijo convertirse en el chamán de la tribu. ¿Qué importancia tuvo aquella decisión si hace cientos de años que ambos no existen? Anoche muchos hombres dieron vueltas en la cama preocupados por temas que resultarán insignificantes para aquellos que nos contemplen dentro de miles de años. La vida es unas pocas décadas en medio de una eternidad.
La mítica frase de uno de los personajes de Blade Runner resume esta sensación: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.”

Pero nuestra vida, por breve que sea, nunca se pierde como lágrimas en la lluvia. Cada ser humano que vemos, oímos o leemos, directa o indirectamente, tiene una influencia sobre nosotros. Si agredimos violentamente a alguien o si ayudamos a comer a quien está hambriento, el transcurrir de sus vidas se verá sensiblemente modificado por nuestra acción. Incluso el asceta que se retira a la cima de una montaña y no interactúa con nadie, influye sobre nosotros ya que la sola idea contada puede hacernos variar, aunque sea levemente, alguna de las decisiones que tomamos. Todos estamos enlazados por una especie de tela de araña invisible que representa la influencia que ejercemos los unos sobre los otros.
En el ejemplo anterior, el hilo que nos une con la persona agredida o alimentada será muy fuerte. Pero ellos a su vez tendrán hilos de unión sobre otros seres humanos, luego al influir nosotros sobre los primeros, de alguna manera les hacemos cambiar y esto influirá a su vez sobre los segundos. Directa o indirectamente, existe una relación que nos une a todos los seres humanos.

Este hilo es también muy grueso con nuestros padres, hermanos e hijos. Pero nuestros padres a su vez mantienen un hilo con sus propios padres y así sucesivamente, por lo que estamos unidos indirectamente con todos nuestros antepasados. Pero como éstos a su vez estaban enlazados con todos sus contemporáneos, toda la humanidad se encuentra unida con todas las humanidades pasadas: la tela de araña se extiende hacia el pasado.

Así que aquel azteca que un día no durmió, está unido a nosotros a través de decenas de generaciones, aunque sea de manera muy leve e indirecta. Lo que él hizo influyó en sus hijos y en sus contemporáneos, que a su vez inspiró las acciones de los hijos de éstos, por lo que el hilo de la decisión tomada aquella noche de algún modo llega hasta nosotros.

Del mismo modo, un grueso hilo nos une a nuestros hijos. Aunque no tengamos descendientes, influimos sobre gente que sí los tiene así que de un modo u otro estamos interviniendo en las decisiones que tomarán las futuras generaciones.

Los recuerdos no se pierden como lágrimas en la lluvia, sobreviven en la enorme tela de araña que une el pasado con el futuro. Cada hombre teje una parte. De nosotros depende qué pequeña huella queremos dejar en el mundo. La suma del trozo de tela que entre todos creamos determina el devenir de la humanidad. Nuestro pequeño retal permanece eterno e inmortal.

Tenemos que decidir si queremos ayudar a construir un mundo mejor, si deseamos intentar dejar un mundo del que podamos sentirnos orgullosos o si por el contrario preferimos tratar de romper toda la tela y estropear un tejido que data de millones de años. También podemos quedarnos parados y no hacer nada, tejer lo menos posible y dejar que sean otros los que diseñen el mundo que heredarán nuestros hijos.

Escribir un blog (o cualquier otra cosa) es una forma más de lanzar un fino hilo no sólo a quien pueda leerte en este mundo, sino a tus bisnietos o a sus contemporáneos (si la fortuna quiere que tus palabras no hayan ya desparecido de un modo u otro). Tu relación con ellos no precisa que dejes un testimonio escrito, pero es un modo más de trazar un pequeño trozo de tela que te enlace con ellos.
Así un día otros podrán echar un vistazo al blog de su bisabuelo.

4 comentarios:

  1. Conozco tu descripción de nuestra relación de tela de araña desde hace tiempo, seguramente desde que leía los borradores de tu libro, y me gusta tanto, describe tan elegantemente la realidad que la he adoptado al 100%. Gracias Juanjo.

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  2. Por cierto... llevo todo el día con esto en la lavadora... hablas de tela de araña entre humanos... pero creo que la misma idea es extensible a el resto de seres vivos... y dando un paso más extensible a todo lo no vivo. La relación entre lo vivo y lo no vivo es muuuy estrecha... ¿Como lo ves?

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  4. Tienes razón, todos los ecosistemas se relacionan entre sí y con nosotros, de manera que se podría pensar en una gran red de seres vivos. Y como la tela de araña refleja las influencias entre sus nodos, se podría extender a todo lo no vivo que influye en nosotros.
    Supongo que pienso sólo en seres humanos porque somos los únicos, al menos en este planeta, con inteligencia suficiente como para tomar decisiones con un cierto grado de libertad (si bien muchas veces muy limitado). La red por lo tanto reflejaría las influencias entre todos los seres con capacidad para tejerla libremente y decidir su devenir.
    Pero tienes razón, es una red antropocéntrica porque por desgracia muchos seres humanos no pueden actuar libremente por enfermedades o limitaciones psíquicas y no podría imaginarme la red sin ellos. Por no hablar de que muchos humanos se ven más influídos por lo que les sucede a sus mascotas que a sus familiares y vecinos, por lo que estoy de acuerdo contigo en que en muchos casos la red debería reflejar a esos animales.

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