miércoles, 7 de septiembre de 2016

El problema de las pensiones en España

 

Se habla mucho del gasto en pensiones. ¿Cuánto gastamos en ellas al año?

135 mil millones de euros en el año 2016.
 
¿Es eso mucho?

Pues si miramos los PGE (Presupuestos Generales del Estado) de 2016, que es donde el Gobierno detalla cuánto se gasta en cada cosa, supone un 38,5% del total, siendo la partida de gasto principal. Es decir, cuando se planifica en qué se va a gastar el presupuesto que tiene el estado español para todo un año, de cada 100 euros, 38 hay que destinarlos al pago de pensiones.

¿Nos lo podemos permitir? ¿Tiene el Estado ingresos suficientes como para poder gastarse ese dinero en pensiones cada año?

Lo cierto es que no. La idea es que la Seguridad Social sea capaz de ingresar tanto dinero como luego se gasta en conceptos como las pensiones. Para ingresar dinero, por ejemplo, se quita una parte de la nómina de todos los españoles. Las empresas también aportan dinero por cada empleado que tienen. Pero el total del dinero recaudado es menor que el gastado en pensiones, lo que ocurre es que se está compensando esa diferencia sacando dinero de la hucha de las pensiones.

¿Qué es todo eso de la hucha de las pensiones y por qué dicen que se está acabando?

La hucha de las pensiones es un fondo que se creó para guardar dinero en los años de superávit de la seguridad social (los años de bonanza en los que los ingresos superan a los gastos) y poder sacarlo en los años de déficit. Es decir, los años en los que tienes muchos ingresos metes dinero en la hucha para poder cogerlo en años de crisis. Llegamos a tener 66 mil millones en su mejor momento, en el año 2011.

 
 
¿Es eso mucho o poco?

Pues comparémoslo con lo que decíamos al principio que necesitamos cada año para pensiones, que es 135 mil millones. Tuvimos 66 y necesitamos 135 cada año, es decir, en el máximo de la hucha de las pensiones teníamos para pagar apenas seis meses.

¿Y cuánto queda ahora?

Poco. Tras varios años de sacar dinero sin aportar casi nada, actualmente quedan 24 mil millones. Es decir, nos queda menos de la mitad de lo que había hace unos años. Hay 24 sobre 135 que es el gasto anual de pensiones (ambas cifras en miles de millones), apenas tendríamos para un par de meses. Pero la cuestión es que al actual ritmo de gasto, en dos años se habrá vaciado por completo (hemos pasado de 66 a 24 en sólo 5 años).


¿Por qué se coge tanto de la hucha?

Como comentábamos antes, se ingresa menos de lo que se necesita, así que la diferencia que falta se coge de la hucha. Llevamos así varios años por lo que de seguir así, en un par de años no quedará nada en la hucha. Y cuando llegue ese momento habrá que afrontar el problema, ya no se podrá maquillar el déficit con el dinero de la hucha porque no habrá hucha, así que habrá que tomar otras medidas.


¿Y qué podemos hacer?

Se puede pensar en aumentar los ingresos o en reducir el gasto. Para aumentar ingresos puedes subir cotizaciones (quitarle a la gente más dinero de la nómina) o crear un impuesto específico para las pensiones (el IP, Impuesto de Pensiones, igual que existe el IVA), que grave por ejemplo un 2% determinados productos (de lujo, tabaco, alcohol de alta graduación, diésel…). Hay varias opciones pero todas pasan por que los ciudadanos contribuyan más, bien directamente subiendo lo que se quita de las nóminas o indirectamente mediante un impuesto nuevo específico (o subiendo alguno de los existentes).
La otra opción es reducir el gasto. En este sentido iba la última reforma, limitando la subida de las pensiones, aumentando la edad de jubilación, etc… Siguiendo esa senda podría limitarse por ejemplo la pensión máxima a una cantidad fija inferior a la actual, congelar indefinidamente aquellas superiores a por ejemplo 2000 euros, o realizar una bajada masiva de todas las pensiones en el caso más drástico.
También se puede subir aún más la edad de jubilación aunque no parece una buena opción, pues las empresas ya han demostrado que no quieren trabajadores mayores de 60 años. Lo único que provocaría es mayor paro y por tanto mayor gasto en ese grupo de edad entre los 60-65 años, menor cotización de esas personas y mayor precariedad. No solucionaría el problema real.
Por último, se puede incentivar el ahorro privado. Por cada euro que un trabajador invierta en su plan privado de pensiones, podría obligarse a su empresa a por ejemplo invertir otro (hasta un máximo digamos de 3000 euros anuales). También podrían los planes privados de pensiones tener más ventajas fiscales.


Volviendo al gasto anual en pensiones de 135 mil millones de euros en 2016, ¿es tan alto porque hemos tenido un mal año o siempre va a ser así de alto?

Cada año va a ser más alto, como se puede observar en la siguiente gráfica.


 



Si seguimos a ese ritmo, serán insostenibles las pensiones en pocos años, ¿no?

Hay que mirar básicamente dos datos, lo que suben las pensiones (que es la gráfica de arriba) y lo que sube la riqueza del país, que se mide con el PIB (Producto Interior Bruto), ya que los presupuestos del Estado también pueden crecer si lo hace ese PIB. Es decir, si tenemos más dinero a nivel de Estado, aunque las pensiones suban podremos afrontarlo. Es como un ciudadano al que le sube la hipoteca pero también el sueldo, podrá seguirla pagando. Por lo tanto, hay que estar atentos a dos datos: el aumento del gasto en pensiones y el aumento de la riqueza del país (en términos de subida del PIB). Ahora mismo ambos parámetros se mantienen más o menos parejos, alrededor del 3%. Por lo tanto el problema en este momento es importante pero no se está agravando.


¿Y cuánto tiempo estará así?

Eso es muy difícil de prever ya que el crecimiento económico se revisa constantemente y el gasto en pensiones depende de muchos factores por lo que tampoco es sencillo de calcular sin aceptar un importante margen de error. Pero lo más probable es que no dure mucho tiempo. Todo va a empeorar. Ese 3% de crecimiento económico es casi un límite superior, es decir, crecemos un 3% cuando la economía va muy bien (pero es muy difícil crecer por encima de esa cifra para un país desarrollado como España) y cuando nos va peor ese crecimiento se reduce mucho e incluso decrece. Sin embargo, el 3% de aumento en gasto en pensiones es un dato que está en mínimos, siempre ha sido igual o mayor. Viendo la pirámide de población la tendencia es a que sea cada vez mayor. Por todo esto, ese déficit de la seguridad social será cada vez más grande. Son necesarias medidas para contener ese aumento del 3% del gasto en jubilación y no dejar que suba aunque cada año se incorporen más pensionistas.



 
¿Por qué cada vez hay más jubilados?

Si se observa una pirámide de población de España, se verá que hay una gran proporción de gente con edad intermedia comparado con los niños y los ancianos. Tradicionalmente estas pirámides de población tenían forma de pirámide (de ahí su nombre). Mucha gente en la base y cada vez menos gente conforme se cumplen años. Es lo natural, si todos los años nacen un número parecido de niños, pues conforme estos envejecen cada vez hay menos, de manera que cada escalón es más grande que el que tiene por encima. Pero en los países desarrollados se produjo un fenómeno diferente y es que llegó un momento en que el número de hijos por mujer disminuyó (en España era de 3 hijos por mujer en los años setenta y actualmente es de 1,3). Esto hace que la pirámide empiece a hacerse más estrecha por la base (nacen menos niños). El problema es que cuando la gráfica tiene forma de pirámide, hay muchísima más población menor de 65 años que mayor de esa edad, por lo que es más sencillo cubrir las pensiones de éstos. Pero con una gráfica como la española, en unos años habrá más jubilados que personas en edad de trabajar, lo que dificultará la sostenibilidad de las pensiones.
Observando la gráfica de abajo, puede verse que hay mucha gente mayor de 35 años y muy poca menor de 30 (comparativamente). Los que están en la franja 60-64 años, que son aquellos que se van a jubilar, son más que los de la franja 25-29 (los jóvenes que están en sus comienzos de carrera profesional). Esto es lo que hace que cada año el sistema sea más difícil de sostener.
 




¿En qué año se hará insostenible el sistema?

Ahora mismo tenemos ya un problema, que es el comentado del déficit de la seguridad social que se está enmascarando con la hucha de las pensiones. Esta situación se puede prolongar así un par de años. A partir de ese momento, primero habrá que suplir el dinero que viene de la hucha, pero esto se puede hacer aunque haya que tomar alguna medida impopular. Después, todo depende de lo que crezca el gasto en pensiones y lo que aumente nuestra riqueza como país, el PIB, como se comentaba antes. Pero lo más probable es que la mayoría de los años el gasto en pensiones supere el aumento del PIB, así que las medidas antes tomadas serán insuficiente y habrá que hacer más.



¿Por qué no se empieza a hacer algo ya antes de que se nos eche encima el problema en dos años?

Son medidas muy impopulares: aumento de retenciones sobre la nómina, subida de impuestos… Y si recortas las pensiones actuales, hay que tener en cuenta que los jubilados suponen millones de votos (y cada vez más) luego ningún partido quiere empeorarles las condiciones. Por eso la reforma buscaba empeorar la jubilación pero no de los jubilados actuales, sino de los futuros, no permitiéndoles jubilarse hasta los 67 años. De este modo los jubilados actuales mantienen su voto pues no se ven afectados y el resto lo ven como algo lejano y tampoco les influye demasiado (no tanto como si les bajaran el sueldo porque les retuvieran más impuestos). Nadie se atreve a destapar el problema.
El escenario puede ser peor aún. Si viene una nueva crisis (no olvidemos que son cíclicas, así que dentro de dos, cinco o veinte años volverá un periodo de contracción del PIB), la diferencia entre el crecimiento de nuestra riqueza y el crecimiento en pensiones será de tal calibre que el sistema se desmoronará. No hay que olvidar tampoco que todas esas medidas de las que hablamos suponen menor crecimiento del PIB, ya que el ciudadano de uno u otro modo aporta más dinero por lo que el gasto interno del país disminuye. Así que el Estado gasta menos en pensiones pero a la vez crece menos (como un ciudadano al que le baja la hipoteca pero también el sueldo). Por no hablar de que en nuestro país las pensiones son el sustento para muchas familias (no sólo para el propio pensionista), por lo que una disminución de las mismas afectaría a todo el tejido social.



¿Y qué podemos hacer?

Lo primero, reconocer desde todos los estamentos de la sociedad que tenemos un problema que requerirá por parte de todos modificar el actual sistema de pensiones. En primer lugar los políticos, hablando abiertamente de la situación y encarándola con sinceridad hacia los ciudadanos. Y en segundo lugar los propios ciudadanos, exigiendo a los políticos transparencia y participando activamente en la sugerencia y elección de medidas de solución. Si todos continuamos mirando hacia otro lado podremos disimular un par de años más, posteriormente es probable que se hable de ello en los periódicos a diario, habrá penalizaciones políticas y se producirán manifestaciones, pero nadie tendrá ya en su mano poder contenerlo. No es una cuestión de ideologías ni de qué partido político gobierne. Lo ideal sería poner sobre la mesa un abanico de posibles medidas a implementar y abrir un proceso en el que los ciudadanos fueran plenamente conscientes del problema y eligieran las medidas que ellos estiman más justas para encarar la nueva situación social.

1 comentario:

  1. Aristóteles, en su ética a nicómaco definía la prudencia como la búsqueda de lo bueno, y la política como la prudencia aplicada a la sociedad. De esta forma, un político sería prudente con la sociedad, pensado en todas las personas y no solo en él y los suyos.

    En España no hay políticos según esta definición.

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